domingo, 13 de septiembre de 2015

La construcción jalona la economía colombiana

A pesar del fuerte choque petrolero, Colombia al 3 por ciento. La construcción pone el impulso mientras la industria sigue mal y el agro, sin café, desentona.
Dentro de las seis economías más grandes de América Latina, la colombiana es la que registra mayor crecimiento en lo que va corrido del año. Según el Dane, en el segundo trimestre de 2015, el producto interno bruto (PIB) del país se expandió a una tasa del 3 por ciento, frente a igual periodo del año pasado; nada mal para una economía que ha soportado semejante choque petrolero.

La cifra de crecimiento estuvo por encima del promedio de las expectativas que tenía la mayoría de analistas, que se situaba en 2,8 por ciento. Durante el primer semestre de 2015, el PIB se incrementó en 2,9 por ciento, un dato que puso al gobierno a celebrar.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, afirmó que la economía colombiana está mostrando una gran capacidad de adaptarse al escenario internacional y en especial al choque petrolero que ha tenido que soportar.

Pero más allá del simple dato, hay que decir que no todos los sectores van al mismo ritmo. El gran dinamizador sigue siendo la construcción, que creció en el segundo trimestre 8,7 por ciento, más del doble del conjunto de la economía. Se destacan las edificaciones con una variación del 9,1 por ciento, debido principalmente a lo no residencial, es decir, hoteles, bodegas y comercios, que aumentaron un 19,6 por ciento. Por el contrario, la construcción de inmuebles residenciales decreció en 0,6 por ciento.

Las obras civiles aumentaron en este periodo 8,4 por ciento, lo que, según explica el ministro de Hacienda, se debe en buena parte a los proyectos pagados con regalías. Es importante aclarar que la medición en obras públicas se hace con base en desembolsos y no en la ejecución. En este comportamiento de las obras civiles no están incluidos los proyectos de Cuarta Generación (4G), pues estos todavía no han entrado a jugar en el PIB. El gobierno estima que hacia 2016 se comenzará a ver su impacto en las cuentas nacionales, lo que eleva las expectativas de crecimiento a futuro.

Por encima del conjunto de la economía también estuvo el sector minero-energético que creció 4,2 por ciento y sorprendió a más de un analista. Un aumento en la producción de petróleo durante el segundo trimestre de este año le dio un empujoncito a este rubro, mientras que el carbón viene presentando una disminución.

Aunque la cifra del sector comercio muestra un incremento del 3,8 por ciento entre abril y junio, en su mayor parte se debe al comportamiento de restaurantes y hoteles. Respecto al trimestre inmediatamente anterior (enero-marzo), esta actividad no presentó variación y excluyendo hoteles y restaurantes, el comercio registró una caída del 0,3 por ciento. Varios analistas coinciden en señalar que este evidencia una desaceleración. Esta actividad se ha visto afectada, en parte, por el dólar caro que ha golpeado la venta de los importados.

De otro lado, las cifras del PIB muestran que la industria y el agro siguen rezagadas. En el segundo trimestre la producción manufacturera decreció 1,3 por ciento respecto al mismo periodo de 2014, y cuando se mira el primer semestre el sector presenta una caída del 1,8 por ciento. Esta actividad completa cinco trimestres en línea mostrando contracción.

Si bien 15 subsectores presentaron disminuciones entre enero y junio, la refinación del petróleo es el rubro que más impacto tiene con una caída del 11 por ciento. La buena noticia es que, una vez entre en operación la Refinería de Cartagena, el desempeño de la actividad industrial cambiará. El gobierno estima un efecto de 0,8 por ciento sobre el PIB total industrial, por cuenta del reinicio de operaciones de esta planta.

Por otro lado, el crecimiento económico esconde una realidad preocupante sobre el desempeño del agro. Según el Dane, en el segundo trimestre de 2015 el sector agropecuario creció 2,5 por ciento, frente al mismo periodo de 2014. Sin embargo, esto en buena parte se explica por la producción de café que creció 16,4 por ciento. Sin el grano, los productos agrícolas disminuyeron en 0,4 por ciento. En el primer semestre, el valor agregado de esta rama aumentó en 2,1 por ciento, explicado por el crecimiento de la producción de café en 9 por ciento; animales vivos en 3,3 por ciento. Por el contario, otros productos agrícolas cayeron 0,1 por ciento entre enero y junio.

Para el presidente de la SAC, Rafael Mejía, las cifras netas de producción son regulares, porque se siguen incrementando las importaciones a pesar de la devaluación del peso.

En síntesis, frente a los datos revelados por el Dane hay varias miradas. Para algunos analistas lo más real es que se ratifica la desaceleración de la economía pues ya se completan cinco trimestres de menor crecimiento.

Y la preocupación es que hacia futuro no es muy claro de dónde provendrá el motor que dinamice la economía. Entre otras razones, porque dadas las limitaciones fiscales, el presupuesto de inversión para 2016 no podrá jugar un papel muy activo.

La mirada del gobierno es más tranquilizadora. El ministro de Hacienda sostiene que la economía colombiana da muestras de ser capaz de navegar en aguas turbulentas y mantener un ritmo aceptable de crecimiento. 

Además, confía en que al final del año la economía estará moviéndose entre 3 y 3,6 por ciento, que es la meta del gobierno, por encima de la mayoría de los pronósticos, incluido el equipo técnico del Emisor que proyecta un crecimiento del orden de 2,8 por ciento. 

En todo caso, frente al pronóstico del FMI que habla de un crecimiento de 0,5 por ciento este año para toda América Latina, como dice el ministro Cárdenas, lograr un 3 por ciento es estar seis veces por encima del promedio regional. Y eso no sería tan malo.

Vía semana.com 

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